Cuando en 2011 se acordó revisar la ISO 14001:2004, se tuvo especialmente en cuenta el hecho de que las prácticas empresariales habían cambiando sustancialmente desde su última modificación.

Esto exigía adaptar la normativa internacional de gestión ambiental a sus nuevas necesidades, atendiendo a la incorporación de nuevas tecnologías a los procesos habituales y a la modernización de los sistemas de trabajo, a través de la que muchas apostaban ya por implementar políticas que garantizasen la sostenibilidad y favoreciesen la protección del entorno, puesto que, a dichos beneficios medioambientales, lograban sumar otros, como los ahorros de costes y la mejora de la imagen interna y externa de la compañía y de su marca.

Conscientes de la necesidad de integrar los sistemas de gestión ambientales a la nueva situación, los 121 expertos que trabajaron, durante tres años, en la redacción de la ISO 14001:2015 adecuaron la normativa a una nueva estructura de alto nivel (HLS) y tuvieron en cuenta, también, el informe final del estudio de la ISO/TC 207 SC1 Desafíos Futuros para los Sistemas de Gestión Medioambiental, que fue publicado en febrero de 2014.

El nuevo documento, desarrollado por expertos de 88 países, tiene en cuenta cinco cuestiones clave, que serán las que propiciarán la correcta adaptación a la ISO 14001:2015:

  1. Liderazgo. Lograr una mayor implicación de los directivos de las empresas es fundamental para poder actualizar la certificación conforme a las nuevas exigencias, dado que los mandos han de asumir responsabilidades y funciones específicas.
  2. Estrategia empresarial. La gestión ambiental ha de cobrar protagonismo en los procesos de planificación de las entidades que buscan adaptarse a la ISO 14001:2015 y ha de ir encaminada a minimizar posibles riesgos e impactos y a identificar y promover oportunidades tanto para la organización como para el medio ambiente.
  3. Mayor protección del medio ambiente. Las empresas que aspiren a mantener la vigencia de su certificación o que quieran implantar un sistema de gestión ambiental conforme a la nueva normativa han de atender a cuestiones tan diversas como la prevención de la contaminación, reduciendo emisiones, emanaciones y residuos; el uso sostenible de los recursos; o la protección del ecosistema de su entorno, entre otras. 
  4. Ciclo de vida. Las organizaciones buscarán una correcta gestión ambiental asociada a la elaboración de productos y a la prestación de servicios, pero también tendrán en consideración el impacto ambiental asociado a su uso y caducidad.
  5. Una comunicación efectiva. Las entidades que aspiren a obtener y mantener una certificación ISO 14001:2015 han de abogar por la transparencia, ofreciendo información de calidad y favoreciendo la comunicación dentro y fuera de la organización. Conseguir, además, una retroalimentación fluida será la clave para propiciar que todo el personal de la empresa pueda aportar sugerencias de mejora del sistema de gestión ambiental y para atender a las demandas planteadas por agentes externos, algo que mejorará la imagen empresarial y favorecerá significativamente la integración de la compañía en su entorno. 
01/04/2016